jueves, 20 de febrero de 2014

SOBRE GATOS Y MUEBLES

Mi gata Mara, pasa las tardes enteras en espera de mi regreso. Las únicas veces que la escucho maullar, cuando suenan mis llaves, cuando abro la puerta, un gemido suave arrancado de la nostalgia. Nadie sabe qué es de su vida durante las ocho horas de soledad absoluta a la que está confinada, excepto los domingos, sufre la ausencia de mis pensamientos. Yo pienso en libros todo el día, y en ocasiones ojeo uno sobre gatos, y no la traigo a mi recuerdo, en lo absoluto, pienso instintivamente en el juego de muebles que compré hace un tiempo, y cuando regreso a casa, los presentimientos no fallan, o quizá la simple intuición de un compañero de gato: los encuentro todos rasgados.




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